Leyenda de Fura Tena
En el Occidente de Boyacá, hay dos cerros que son testigos de la historia de amor que dio origen a las Esmeraldas.
Un príncipe Muzo, llamado Tena se enamora perdidamente de mujer hermosa, Fura; esta unión fue bendecida por el Dios Are, con la condición de que su fidelidad mutua fuese eterna. Con el tiempo, Fura cedió a la tentación del Dios maligno, Zarbe y se entregó a él a cambio de la inmortalidad. Cuando Tena se entera, muere de pena por la traición.
Por el remordimiento, las lágrimas de Fura penetraron en la tierra y se convirtieron en maravillosos cristales de Esmeraldas. Los Dioses representaban la tragedia con los dos cerros, Fura y Tena que yacen separados eternamente por el río Zarbe.